Para empezar, la bella. The Long Blondes tomaron la carismática sala 3 y dieron uno de los shows del año en cuanto a bandas noveles se refiere. Cuando Kate Jackson (cantante) saltó al escenario pensé inmediatamente que íbamos a ver un gran show. Se mueve con elegancia felina, tiene una mirada de femme fatale que tira de espaldas, su atuendo es de lo más sexy (falda de leopardo, zapatos de aguja...); y su voz te cautiva a base de hipnóticos cambios de grave a agudo. Lo cierto es que hacía tiempo que no escuchaba una voz femenina con tantos matices; es capaz de golpearte a lo Donita Sparks (L7) y a los dos segundos te seduce con un tono a lo Donna Summers o Ronnie Spector. Pero esto no es todo. Lo mejor llega cuando se unen a ella Emma Chaplin (guitarra) y Reenie Delanney (bajo) y juegan con sus voces a ser una versión postmoderna deThe Supremmes. Así, las canciones de su primer y único disco (Someone to take you home) cayeron como una auténtica bomba entre una entregada audiencia. Lust in the movies, Once and never again (genial adaptación al castellano del estribillo), Separated by motorways y las demás joyitas del disco nos dejaro a todos con la boca abierta.
Un buen rato más tarde era el turno en la sala 1 de The Horrors, las bestias. Con una estética a medio camino entre Stiv Bators (Dead Boys) y Lux Interior (The Cramps) y un repertorio de ocho escasas canciones (las que conforman su único E.P.) estos Londinenses nos ofrecieron un show de punk a la antigua usanza. Media hora de duración y una intensidad brutal, tal y como hacían en su época los Pistols, Damned o G.G. Allin. Faris Badwan canta como si cada nota fuese la última que va a interpretar, se enfrenta con el público y baja a cantarle a la gente en su mismísima cara jugándose el tipo. El guitarra Joshua Von Grimm y el teclista Spider Webb le pegan una auténtica paliza (literal) a sus respectivos instrumentos. La iluminación sólo nos permite ver la silueta de estos punks-vampiros y esto le añade un plus de encanto al show. Además, la versión de Jack the ripper de Screamin' Lord Sutch y los singles Count in fives y Sheena is a parasite (que son himnos en potencia) suenan atronadoramente salvajes. Y cuando estos cinco jóvenes dejan el escenario te llevas a casa la sensación de que si la suerte les acompaña, esta gente llegará lejos, muy lejos...
Lo que quedó bien claro esa noche es que la escena rockera actual está viviendo un cambio generacional y bien seguro que fuimos testigos de un par de shows que dentro de unos años mucha gente presumirá de haber estado ahí.
Fotos: Super Ignasi Trapero (merci,merci,merci)
4 comentarios:
¿Alguna vez te has preguntado, como seria hoy en dia Hitler si tuviera 15 años y fuese fan de Perdidos?
http://www.youtube.com/watch?v=wJg8MrHWEG8
hail!
Jajajajaja... Muchas gracias, es brutal!!!!
Que sí, tío, que sí!! Que yo estuve allí!!! For God's Sake!!
EL QUE FA HORES QUE RIU PERQUÈ LA CINTURA DE CANNAVARO ENCARA GRINYOLA MÉS FORT QUE LES GUITARRES DE THE HORRORS
Balón de oro, Fifa Pro... Jo crec que Cannavaro és un bon guanyador d'aquests premis. Ja saps que a mí m'encanta la Serie Z.
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